Lejos de lo que podría esperarse, los pacientes con estos trastornos no son violetos por naturaleza, pero su conducta depende mucho de su entorno, y explicaré porque.
Con ocasión de la difusión que nos permite nuestro centro de trabajo, me permito escribir unas líneas en relación a los mitos y creencias que son tan comunes en nuestra sociedad.
La verdad es que la mayoría de la gente, sea que tengan un grado medio de instrucción o no, concurre muy rara vez de primera intención al psiquiatra, y menos aún si el síntoma es algún problema conductual como por ejemplo que algún familiar hable cosas fuera de lugar o se comporte en forma peculiar, cosa que antes no ocurría. A veces mi familiar estaba preocupado o se quedaba callado o callada pero de eso no pasaba, eso si, no sale mucho pero mejor, total tanto peligro que hay afuera mejor que se quede en casa. Ahora si me preocupa verlo hablando solo.
Si el caso es aislado bastará con dejarlo en casa unos días, capaz le vino un mal aire, o tal vez ha sido ojeado. Pero si la conducta es repetitiva es imprescindible que lo vea un médico, total todos son iguales. Entonces van a la posta más cercana y el colega les brinda algún sedativo común, quizás con buena intención, pero el paciente duerme mucho y cuando despierta sigue igual solo que ahora grita más y tiene la mirada algo desorbitada.
Es entonces el momento de tomar medidas más drásticas, esto parece cosa seria y no vaya a ser que el hechizo sea fuerte; el que sabe de esas cosas es el brujo, chaman o hierbero. Esos si que son buenos, a la comadre la hizo reaccionar en un santiamén!. Luego de hacer su trabajo este le informa que sus poderes no llegan a tanto y que deben llevar a su familiar a ver un médico especialista. Esto es literal y no exagero cuando lo digo, hemos visto muchos casos asi en la práctica regular; pero muchos otros se quedan con el brujo que no les brinda garantía alguna de mejoría o de tratamiento, solo una fantasía que aceptamos con naturalidad. En el fondo sabemos que algo falta pero seguimos ahí.
Tarde o temprano el caso se hace conocido y trasciende, es ahí donde finalmente aceptan que debe haber algún tratamiento para la mente. El asunto es, porque es tan difícil como sociedad aceptar que también hay una especialidad para eso? Es tanto el peso del estigma para limitar la consulta? Si bien los tiempos han cambiado hay aun mucha gente que siempre guardara las apariencias. Eso siempre debe ser valorado en relación al bienestar de toda la familia.
Entonces procedo a explicar en forma breve y sencilla en qué consisten los trastornos psicóticos: se trata pues de aquellos cuadros en que los pensamientos, la percepción, los afectos y la capacidad de sacar conclusiones a partir de evidencias están alterados, de forma que interfieren en la interpretación de la realidad circundante. Esto tiene claras implicaciones en la conducta de la persona que lo padece, tanto para si mismo, como con los demás, de forma que muchas veces aparecen situaciones de retraimiento social, descuido en el aseo personal, hablar solos o inferir que existen planes para dañarlos lastimarlos.
Solo en el supuesto caso que la familia no sepa identificar estas situaciones a tiempo e iniciar un tratamiento, la persona podría ejercer acciones violentas, como eje en su defensa, ya que alguien más quiere hacerle daño y de esa manera configurar un criterio de peligro social. Estos casos afortunadamente son muy poco habituales y no solo aquí sino en el mundo entero. Son mas peligrosas las personas violentas por naturaleza que aquellas que interpretan que les quieren hacer daño y pretenden defenderse. Nuevamente esto tiene que ver con la capacidad del entorno familiar para limitar situaciones de riesgo.
Es nuestro deber como especialistas en salud mental informar acerca del tema que más estigma genera, porque debido a hechos recientes de violencia social, no tiene por qué implicar que los pacientes con problemas psicóticos sean causantes de situaciones de riesgo, siendo que muchas veces son víctimas de familiares que se niegan a cuidarlos y terminan abandonados o en la calle.
En la consulta el médico psiquiatra debe recopilar datos acerca del paciente, de la familia y unificar. Debe informar en forma clara que probabilidades diagnosticas maneja, que debe hacer la familia y con qué frecuencia deben verse. Finalmente informará el objetivo de tomar medicación y por cuanto tiempo supone que será. Solo así entenderemos con qué situación lidiamos.
Una mejor sociedad la hacemos entre todos.